Invéntate una historia
Se escogen
dos personas que salen de la habitación. A los de dentro se les explica que
cuando hagan una pregunta terminada en vocal se contesta “sí” y cuando termine
en consonante se responde “no”. A los de fuera se les dice que tienen que
averiguar una supuesta historia que se ha contado a los de dentro. Hay que
intentar que hagan muchas preguntas para formar la historia que en realidad se
están inventando ellos.
Mandar un mensaje
Se colocan
en círculo y otro justo en medio. Los niños se agarran de las manos y el
monitor, también situado en el círculo empieza: “el mensaje se lo mando a…” y
se pasa apretando las manos. El que está en medio debe adivinar por dónde va el
mensaje y al que pillen pasándolo se la liga.
El director de orquesta
El monitor elige
a alguien que se va a un sitio aparte,
los demás se colocan sentados en círculo. Se asigna a un “director” que será el
que cambie el movimiento que los demás tienen que seguir sin que el que se la liga
adivine quién es. Si éste descubre quién está cambiando el ritmo entonces el director
pierde y se la liga.
La momia
Salen dos
personas fuera y se explica el juego a todos los demás. Consiste en poner a una persona tumbada en el suelo, que
va a ser la momia, se la tapa lo más que se pueda, pero poniéndole en los pies
algo redondo para que parezca la cabeza y en la cabeza las zapatillas para que
parezcan los pies. Entonces viene la persona que ha salido, y se le dice que
tiene que adivinar “la historia de la momia” (el porqué de su muerte),
haciéndole preguntas pero la momia solo puede contestar si o no (“la momia”,
contesta moviendo la cabeza, en realidad los pies) y cuando la momia considere,
o cuando se dice una frase “X”, se despierta pegando un grito, y por lo tanto
asustando a la persona que está preguntando. También se puede hacer que, en
lugar de adivinar su historia, la tiene que despertar, pegándole gritos.
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